Agnotología

Un Concepto sobre la Producción de Ignorancia

Pedro Luis Mateo Alarcón

Tóxicos

Sobre tóxicos y venenos hay dos libros recientes muy recomendables que abordan el tema desde una perspectiva agnotológica (6). Así como también sugeriría aquí la vertiente divulgativa del blog Saberes en Acción (7).

Con el desarrollo de la química en el siglo XIX ha tenido lugar hasta la fecha una producción espectacular de sustancias químicas, con apenas información sobre los riesgos tóxicos de un 20% de los más de 350.00 productos químicos existentes hoy día en el mercado. De ellos, los venenos más conocidos desde antiguo son los derivados del arsénico, cuya utilización en plaguicidas, al margen de otros usos, provocó muertes e intoxicaciones alimentarias durante años, afectando todavía en el presente a la fauna y flora de diversos ecosistemas debido al desconocimiento histórico de su carácter contaminante. También se conocían desde hace mucho los efectos nocivos en el sistema nervioso y digestivo de compuestos de plomo, tan utilizados en pinturas y cerámicas, y que las empresas usaban evitando prohibiciones o regulaciones, como en el caso de la gasolina con plomo que no fue prohibida hasta finales del siglo XX, y que afectaban especialmente a obreros, artesanos y niños de clases menesterosas. El uso de estos y otros muchos compuestos tóxicos se extendió por su interés industrial y obvio beneficio empresarial, favorecido a su vez por la creación inducida de ignorancia sobre sus efectos para soslayar acciones legales que al menos limitaran dicho uso, llegándose a establecer umbrales de riesgo de supuesta seguridad para los mismos, es decir, la convivencia legal con productos tóxicos. Esta violencia social de los tóxicos no ha sido simétrica en sus efectos, aumentando desequilibrios, desigualdades y discriminaciones por razones económicas, de raza o de género, sin olvidar la originada por actividades coloniales, el denominado imperialismo tóxico. Cuántos miles de toneladas de residuos tóxicos, con su efecto a veces mortal sobre la población nativa, inundan zonas de países empobrecidos, con legislaciones menos restrictivas, y procedentes de los altamente desarrollados. Esta asimetría se encuentra también dentro de los estados donde fábricas contaminantes o peligrosas se ubican en el entorno de barrios marginales.

Una familia de productos industriales es la de los pesticidas, de tan amplio uso en agricultura y que con frecuencia son tóxicos medioambientales, afectando a la salud humana (cáncer, malformaciones, diabetes, problemas hormonales, etc.). En Europa, pese a la influencia contraria de lobbies industriales, se han prohibido miles de pesticidas en los últimos 50 años, aunque se siguen produciendo y exportando a países menos restrictivos de los que, sin embargo, se importan frutas y verduras con el consiguiente peligro en su producción y consumo. En España, el país europeo que más los utiliza, se usaron, por ejemplo, más de 70.000 toneladas en el año pandémico de 2020. Un caso reciente es el del herbicida glifosato, el pesticida más usado hoy en el mundo y producido por Monsanto, empresa comprada por Bayer en 2018. En EE.UU. Monsanto fue condenada dos veces en los años 90 por falsificación de datos relativos a su peligrosidad, así como también lo fue en 2007 por publicidad engañosa al alegar que el glifosato era biodegradable. Utilizado desde hace años en Europa, frente a la opinión de algunos países, aunque no en el caso de España, su uso fue prorrogado a partir de 2016 hasta que, contra lo esperado, en noviembre de 2023 su uso fue autorizado 10 años más, una decisión polémica, criticada por ecologistas y centros de investigación que habían demostrado su peligrosidad para el medio ambiente, tóxico para los organismos acuáticos y probable cancerígeno y disruptor endócrino.

Los plásticos, uno de los productos estrella de la química en el siglo XX por su amplio y versátil uso y consumo, contienen tóxicos en algunos casos, como el bisfenol A, un disruptor endocrino, el cual, y tras laboriosas investigaciones, ha sido ya prohibido. O también el cloruro de vinilo, un carcinógeno, cuya presencia en ciertos plásticos está ahora en las primeras etapas para su posible y futura prohibición. Más allá de eso, el respetado periódico The Guardian publicaba el 15 de febrero de 2024 que las empresas productoras de plástico y responsables de su reciclaje vienen literalmente mintiendo desde hace muchos años en su publicidad, al no ser técnica ni económicamente viable dicho reciclaje y su posterior reutilización. La investigación sobre el tema está abierta.

Estos y muchos otros ejemplos muestran que los tóxicos son escurridizos productos sociotecnológicos que, con una incesante producción de ignorancia e incertidumbres, circulan a través de toda frontera esquivando formas de control y regulaciones que, en muchos casos, actúan más para favorecer el comercio mundial que para proteger a trabajadores, consumidores y medio ambiente.

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2 comentarios en «Agnotología»

  1. Un artículo muy interesante sobre un tema no tan conocido como debiera ser. Nos ayuda a plantearnos situaciones de total actualidad, aunque el agnosticismo ya tiene un largo camino andado.

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  2. Muy acertado e ilustrativo de los mecanismos del poder en la sociedad de la información. Los recientes resultados de las europeas son fiel reflejo del buen resultado que dan los métodos de manipulación política basados en el generación de ignorancia.

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