Agnotología

Un Concepto sobre la Producción de Ignorancia

Pedro Luis Mateo Alarcón

Ignorancias

Ignorancia nativa. Esta sería, en principio, la más común, es decir, esa que va a disminuirse con el esperado conocimiento y aprendizaje; por ejemplo, en la niñez, donde a través del conocimiento en el ámbito doméstico y el adquirido en los diferentes niveles educativos puede luego irse enriqueciendo a lo largo de la vida. Esta ignorancia sería como una cavidad a rellenar por el saber, lo que con su adquisición podría servirnos para ser conscientes de nuestra inabarcable ignorancia: cuanto más sé, más consciente soy de la magnitud de mi desconocimiento, como en otras palabras ya nos decía Sócrates. Esa toma de conciencia puede servirnos además como estímulo y oportunidad para aumentar nuestros saberes, llegando, en términos coloquiales, a lo que, individual o colectivamente, denominaríamos cultura de las gentes. No obstante, la ignorancia no tiene una distribución simétrica u homogénea, bien sea por razones geográficas, culturales, económicas, de género, de raza o religiosas, por no hablar de la brecha, no solo generacional, abierta por las nuevas tecnologías. En cualquier caso, una asimetría nunca neutral.

Ignorancia selectiva. También llamada pasiva, es la que va a resolverse en base a la selección, por algún criterio o prioridad, de un cierto conocimiento en detrimento de lo no seleccionado, elegir algo es ignorar lo otro, lo demás. Si de lo que se trata no es tanto de adquirir sino de crear un cierto conocimiento, entramos en el terreno de la investigación, en el que, más allá del tema específico, estaría la selección de preguntas a resolver (cuestión particularmente importante) y la aplicación potencial de las respuestas y datos obtenidos. Estos resultados y aplicaciones pueden ser indeseables o beneficiosos para determinados grupos de poder, que pueden influir, y de hecho lo hacen, en la selección y naturaleza de las posibles investigaciones. La financiación pública, ya sea de entidades locales, nacionales o supranacionales, como la Unión Europea, delimita ciertos programas marco temáticos para la solicitud de financiación, marginando otras líneas de investigación, la denominada unknown science o ciencia desconocida (cuyo conocimiento sería quizás recuperable o bien perdido por irrecuperable), con lo que la selección queda en gran parte limitada a dichos temas. En el caso de grandes empresas, la posible financiación sería para trabajos que vayan en beneficio de sus intereses comerciales, incluyendo patentes y confidencialidad, lo que afectaría a la publicación en su momento de esas investigaciones en revistas de la especialidad. Invirtiendo los términos, las decisiones políticas o empresariales, con frecuencia no tan ajenas, sobre qué conocimientos seleccionan para financiar, implican también decisiones sobre qué ignorancias van a permanecer. Aunque la ignorancia carece per se de límites culturales temáticos, desde las artes y las humanidades a la ciencia y la tecnología, los estudios de agnotología se centran más en ciencia, medicina y tecnología, por razones económicas o políticas y su cercano impacto en la sociedad.

Ignorancia activa. Se trataría de la que deliberadamente origina incertidumbre, censura, secretismo, desinformación o duda generada activa y estratégicamente por estados, instituciones o empresas, en donde ejemplos obvios serían los secretos de estado (las famosas razones de estado), patentes, tecnología militar, etc. Casos menos evidentes, sin embargo, serían aquellos que, por razones económicas, políticas o ideológicas, es decir, razones de poder, inducen aquellas entidades, incluyendo aquí a los mercaderes o traficantes de la duda, y cuyas manipulaciones y falsedades son difundidas por medios afines. El resultado es la creación de ignorancia e incertidumbre entre las gentes sobre temas, por ejemplo, de salud pública o medioambientales, que las afectan directamente, aunque académica y científicamente hayan sido analizados, como el empleo de pesticidas, el tabaco, la lluvia ácida, el agujero de ozono, las vacunas y productos farmacéuticos y de alimentación, el cambio climático o también los motivos de conflictos y desastres, entre otros muchos casos.

Antes de comentar algunos casos de ignorancia activa, resulta evidente que los contenidos de estas tres formas de ignorancia no son rígidos y estáticos, sino fluidos y cambiantes, con interfases confusas que originan variables solapamientos. Esta situación es además temporal y espacialmente dependiente. No es lo mismo hablar de tal o cual tipo de ignorancia en el presente que en el pasado o en tal o cual zona geográfica. El componente pernicioso de cualquier ignorancia o incertidumbre es tanto más acusado cuanto más menesterosas sean las zonas y gentes afectadas, lo que coadyuba a su vez al mantenimiento de las desigualdades sociales, ya sea entre zonas claramente delimitadas del planeta, entre estados o entre gentes dentro de un mismo país. De ahí el interés, no únicamente académico, de denuncia de cualesquiera ignorancias, de las citadas desigualdades de las que participan y de la posible acción que dicha información pudiera conllevar.

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2 comentarios en «Agnotología»

  1. Un artículo muy interesante sobre un tema no tan conocido como debiera ser. Nos ayuda a plantearnos situaciones de total actualidad, aunque el agnosticismo ya tiene un largo camino andado.

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  2. Muy acertado e ilustrativo de los mecanismos del poder en la sociedad de la información. Los recientes resultados de las europeas son fiel reflejo del buen resultado que dan los métodos de manipulación política basados en el generación de ignorancia.

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