La irrupción del anarco-capitalismo en la política global, con figuras como Milei, Musk y Trump, revela un proyecto de privatización extrema del Estado y erosión democrática. Basado en ideas libertarias radicales, promueve un capitalismo sin restricciones y zonas autónomas sin regulación. Su imaginario medievalista y apocalíptico refuerza una ofensiva ideológica neofascista.

La brusca irrupción en el escenario de la política mundial de las ideologías y las prácticas libertarian y anarco-capitalista (una radicalización de la anterior), primero con el energúmeno de Javier Milei, quien se reclama seguidor de Murray Rothbard (teórico de la escuela de Austria a la que perteneció también Friedrich Hayek, y al que se le atribuye la creación del término anarco-capitalismo en los años 50), y después con la no menos energúmena pareja Trump/Musk, nos ha vuelto visible estas corrientes nada subterráneas aunque poco reconocibles en los radares periodísticos.
De pronto parece como si el cuento de una Silicon Valley libertaria y progre se hubiera revelado falso: el maravilloso valle de los simpáticos frikis ocultaba una banda de reaccionarios racistas, supremacistas y machistas que desde hace tiempo desarrollaban teorías eugenistas que promovían que un puñado de hombres blancos se erigieran en los amos del mundo. Tras la crisis de 2008 una de las cabezas pensantes del anarco-capitalismo, Peter Thiel, fundador de PayPal junto con Elon Musk (a quienes les une su pasado sudafricano), escribe un breve texto, “La educación de un libertarian”, en el que afirma abiertamente que capitalismo y democracia son incompatibles, incluso en sus formas más ligeras, como las que vivimos desde el dominio del neoliberalismo y la globalización. Según él, uno de los peligros de esta crisis es que sirviera de justificación a la injerencia progresiva del Estado en la economía que, incluso cuando salva a los bancos, era inadmisible para ellos. Por lo que Thiel afirma: « Hoy, la gran tarea de los libertarians es escapar de la política bajo todas sus formas, desde las catástrofes totalitarias y fundamentalistas hasta el demos ininteligente que inspira a la supuesta ‘social-democracia’”. Thiel proponía tres líneas de huida postpolítica: el ciberespacio de internet no controlado completamente por los Estados, el cosmos, abierto a la colonización total, y los océanos, inmenso espacio no regulado.
La crisis del Covid va a radicalizar y transformar este primer proyecto. Nick Land, filósofo neoreaccionario y teórico del “aceleracionismo tecno-capitalista” va a sentar buena parte de los presupuestos ideológicos que vemos hoy en marcha en la gestión Trump/Musk con un importante ensayo de 2022 titulado The Dark Enlightenment (La Ilustración oscura). Los anarco-capitalistas han tomado nota de que el Estado no puede ser simplemente abolido, aunque puede ser purificado de la democracia: “La democracia consume el progreso. Considerado desde el punto de vista de la Ilustración oscura, el tipo de análisis apropiado al estudio del fenómeno democrático es la parasitología general”. Para acabar con los parásitos-ciudadanos hay que defender que el Estado no pertenece a los ciudadanos sino a los gobernantes que lo gestionan y a los capitalistas que patrocinan a éstos. El objetivo es llevar hasta el final una lógica de privatización total de cada función del Estado preservándola de cualquier contaminación democrática. Pero una cosa es crear un modelo de millonario exitoso al que imitar y otra es colocarlo a la cabeza del Estado como soberano absoluto. Para que las masas adoren a este moderno becerro hace falta una vuelta de tuerca más. Aquí es donde entra el imaginario anarco-capitalista en el que se inserta el componente neofascista: hay que poner de nuevo al fascismo de moda. El saludo de Musk es el mejor ejemplo de esta estrategia.
Sabemos desde Gramsci que un régimen político no puede funcionar únicamente por la fuerza, que hace falta un elemento ideológico que lo constituya en hegemónico para ser aceptado por la mayoría. Por el momento la política neofascista busca una base en la que asentar su hegemonía y su expresión dependerá de la construcción de mitos, de un imaginario, o de elementos que le sirvan de aglutinante estético adaptado a la época actual. Lo que es evidente es que asistimos a una nueva “estetización de la política”, según el concepto de W. Benjamin, que se encarna en los términos espectaculares de los tiempos actuales. Sin embargo, una diferencia fundamental con el fascismo histórico es que tanto Trump como Musk buscan un público y no un sujeto colectivo. Si las masas son convocadas en los espectaculares mítines que tan bien sabe organizar la política-espectáculo norteamericana, cada individuo separadamente tendrá que volver a su casa y conectarse a la red para seguir produciendo sumisión al líder. En cualquier caso, el saludo nazi de Musk es un acontecimiento metapolítico en el sentido que le da el ideólogo reaccionario francés Alain de Benoist: “el poder cultural, cuando está ideológicamente bien estructurado y que alcanza a influenciar el Zeitgeist de una época dada, puede tener un efecto de palanca en relación a ciertas evoluciones o situaciones políticas”. El gesto de Musk es un acto político que se ajusta al efecto de viralidad y de sorpresa de internet, una intervención político-cultural en un contexto determinado que busca una transformación de la cultura y de la información. ¿Por qué poner de moda de nuevo al fascismo? Tal vez porque reveló ser una excelente matriz de sumisión de masas en un momento de crisis. Pero, por supuesto, la ofensiva ideológica no se resume a este gesto y viene preparándose desde hace tiempo.
Capitalismo de fragmentación
Es lo que nos enseña un libro apasionante de Quinn Slobodian El capitalismo de la fragmentación. El radicalismo de mercado y el sueño de un mundo sin democracia (2023). Slobodian nos muestra el objetivo del sueño libertarian/anarco-capitalista: un capitalismo puro, liberado de toda restricción democrática y dominando un Estado mínimo que funciona como una empresa. La tesis de Slobodian es que el capitalismo, en su búsqueda para desarrollarse sin el impedimento de la democracia, tiende a reducir la dimensión de los Estados para controlarlos con facilidad haciéndolos funcionar según una lógica empresarial. Para cumplir este objetivo lleva tiempo construyendo “zonas” que escapan a toda regulación. Ciudades-Estado, paraísos fiscales, enclaves, puertos francos, tecnópolis o polos de innovación, por un lado, zonas económicas especiales, zonas francas de exportación o zonas de libre comercio, por otro, dibujan lo que Slobodian analiza como un sistema de perforación en el territorio de los Estados-naciones que crean zonas de excepción que tienden al menor control democrático posible. Una “zona” sería “un enclave en el seno de una nación que escapa a las formas ordinarias de reglamentación”. Los ejemplos de Hong-Kong, Singapur y Dubái son los más evidentes, pero no se limitan a estos tres. Existirían actualmente en el mundo más de cinco mil zonas de distinto tamaño e importancia. La creación de estas zonas son un acto de fragmentación y de secesión que, al “liberar” territorios en el interior de los Estados, los presionan con el fin de que entren en una lógica capitalista total neutralizando los resortes democráticos.
El libro es apasionante y terrorífico. Apasionante no solo por el análisis fino que realiza de estas experiencias anarco-capitalistas, sino por la cantidad de personajes extravagantes que se cruzan y las situaciones inverosímiles que nos descubre. Terrorífico porque nos revela una corriente de pensamiento y una realidad mundial en acción que se opone abiertamente a la democracia (en nombre del capital) y se posiciona contra toda forma de igualdad. De todo este entramado me ocuparé brevemente de un solo aspecto para seguir reflexionando sobre el soporte ideológico de libertarians y anarco-capitalistas. Este aspecto corresponde al imaginario que desarrollan sobre una Edad Media fantaseada como un inmenso campo de competición entre intereses privados. Pues al lado de intentos de secesión radical como podría ser la creación de Ciudades-Estado escapando a todo control democrático y fiscal, existen tipos de secesión “blandas” en las que podemos incluir la creación de gated communities (residencias cerradas) regidas por gobiernos privados miniatura. Slobodian se ocupa por ejemplo de la precursora Sea Ranch californiana creada en los años 60. Estas comunidades, que se han convertido en la metáfora de una época, serían la traducción de la paradoja de la década que siguió al final de la Guerra fría marcada por la oposición de dos tendencias: la progresión del sentimiento de conexión, gracias a los medios de transporte y de comunicación, por un lado, y la impresión de aislamiento que provoca la ruptura de los vínculos sociales y la erección de nuevos muros, por otro. Las gated communities serían la respuesta: están a la vez cercadas y al abrigo de los “bárbaros”, e interconectadas por redes de carreteras o cables de fibra óptica. La serie de recursos legales y jurídicos utilizados para crear estas comunidades esbozan nuevas cartografías descentralizadoras inspiradas en un imaginario medieval sobre la ley y el orden.
Entre los personajes “pintorescos” que recorren el libro encontramos a la familia Friedman: Milton, el patriarca neoliberal, David Director, el hijo anarco-capitalista y Patri, el nieto ultra-radical. David publica en 1973 The Machinery of Freedom: Guide to a Radical Capitalism en el que presenta el anarco-capitalismo de M. Rothbard al que define como un sistema social en el cual todos los servicios públicos –de las carreteras a los tribunales pasando por la policía- estarían privatizados. El derecho público dejaría de existir así como todo semblante de democracia. Pues bien, David Friedman, no es solo doctor en física y teórico del anarco-capitalismo, en su vida virtual encarnaba al duque Cariadoc of the Bow, aristócrata bereber del siglo XII, y era además miembro de la Society for Creative Anachromism (SCA) que en 1972 inauguró los encuentros de las “guerras pénsicas” (palabra que condensa Pensilvania y púnica) que reunía en directo, en amplios espacios reales, a miles de personas. D. Friedman teoriza a fuerza de fórmulas matemáticas el tamaño que deberían adoptar las naciones y fantasea con la Islandia medieval como paradigma de sociedad regida por medios enteramente privados. En la estela de Friedman Bruce Benson defiende el sistema de las tribus alemanas que llevaron el modelo jurídico del Wergeld a las islas británicas del siglo V en el que grupos auto-organizados (llamados hundreds) aseguraban el orden público. Benson elogia también a los “cazadores de bandidos” y apuesta por el retorno del ejercicio del derecho y del mantenimiento del orden como actividades comerciales. Volviendo a David Friedman, éste sostiene que una de las vías para un porvenir sin Estado sería la instalación de instituciones alternativas como las gated communities. El razonamiento reposa sobre la tesis de que no es obligatorio que el mismo código jurídico se aplique a todos y defiende la existencia de grupos que, a merced de sus desplazamientos, sigan estando sometidos a su propia ley, como un orden “jerárquico-anarquista” de la época medieval. El pequeño Friedman, Patri, hereda el delirio familiar y concibe la idea de crear una gated community en alta mar, versión acuática de la ciudad libre flotante. Detrás de todas estas ideas psicodélicas hay sin embargo un objetivo claro: construir una sociedad sin Estado mediante una serie de actos de desconexión. Por supuesto, el imaginario medieval de los libertarians omite todos los inconvenientes, pero poco importa, lo importante es contribuir a la idea de la libertad radical que escape a todo control del Estado y a toda veleidad democrática igualitaria.
En el texto de referencia del anarco-capitalismo tecnológico de James Dale Davidson y William Rees-Mogg, que lleva el sorprendente título de The Sovereign Individual: How to survive and thrive during the collapse of the welfare state (1997), es decir: “El individuo soberano: cómo sobrevivir y prosperar durante el derrumbe del Estado-providencia”, los autores prevén la emergencia de una clase superior de individuos hipermovilizados, con un CI elevado, que se ocuparían de coordinar a distancia a una mano de obra dócil, con un CI débil, mientras acumulan riquezas fuera del alcance de los Estados. A la hora de la hipermovilidad, la capacidad para liberarse de las barreras nacionales es el signo de una sana adaptación. Por eso vaticinan un retorno de la geografía política de la Edad Media y la supuesta diversidad que la caracterizaba: “Antes del Estado-nación es difícil decir con precisión cuántas soberanías existían en el mundo porque se superponían de manera compleja y el poder se ejercía bajo formas de organización muy variadas. Vamos a volver a esa situación. En el nuevo milenario, la soberanía será de nuevo fragmentada”.
Dicho esto, podríamos pensar que el agresivo nacional-capitalismo de Trump contradice estos presupuestos de fragmentación y secesión. Sin embargo, detrás de este imperialismo feroz tal vez se dibuja una real secesión de los EEUU que pasa por apoderarse de territorios y materias primas fundamentales a la vez que se destruye el Estado del interior al que se le da como casi única misión la de asegurar que los planes libertarians se cumplan sin impedimentos. Entre libertades económicas y libertades políticas la lucha será sin piedad.
El discurso apocalíptico
Otro aspecto del imaginario medievalista y milenarista que pone en circulación esta nebulosa reaccionaria americana, aunque ésta no sea específica del anarco-capitalismo sino más bien de la nebulosa alt-rigth en su componente religioso, es el recurso al discurso apocalíptico. La campaña de Trump no ha sido parca en referencias apocalípticas y escatológicas hasta el punto de que algunos de sus discursos se asemejaban a profecías medievales. No solo amenazaba con un posible “Armagedón económico” en caso de victoria de Kamala Harris, sino que trataba a ésta de “gran prostituta de Babilonia” en referencia al Apocalipsis de Juan. Él, sin embargo, si ya en su primera campaña se había calificado de “elegido por Dios”, después del atentado fallido podía sin empacho afirmar que “sólo Dios había evitado que lo impensable se realizara”. Aunque es verdad que desde la antigüedad multitud de jefes políticos se han presentado bajo la protección divina para afirmar su legitimidad, en el caso norteamericano la relación es fácil de hacer puesto que hablamos de un país fundado bajo la protección de Dios que tiene como divisa “In God We Trust”. Que un personaje conocido por su obscenidad y condenado en un asunto de prostitución se presente como elegido de Dios puede parecer paradójico. No si, como la propaganda trumpista ha fundamentado, lo comparamos con el rey David, quien, a pesar de su relación nada ejemplar con Betsabé, fue investido rey por el profeta Samuel. Sin ningún temor al ridículo se ha glosado sobre el cabello de Trump por su semejanza con el de David, quien también poseía una cabellera similar como signo del ser elegido. Aunque todo esto pueda parecer ridículo en sociedades más o menos secularizadas como las europeas, conecta directamente con el espíritu milenarista de las múltiples iglesias evangélicas que pululan en USA: uno de cada cinco norteamericanos pertenecería a una de ellas, unos 80 millones, de los cuales el 80% votan a Trump.
Pues bien, para numerosos evangélicos Dios nos envió a Trump para preparar la segunda venida de Cristo. Siguiendo los numerosos escenarios existentes sobre el fin del mundo de las tradiciones apocalípticas medievales, el Anticristo y el Emperador de los últimos tiempos son para ellos personajes bien reales cuya llegada es inminente. El reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel en 2017 fue la confirmación para los evangelistas, que son, no lo olvidemos, sionistas cristianos, de que Trump era ese Emperador. Para éstos el fin del mundo se acerca y con él la decisiva batalla de Armagedón que opondrá las fuerzas del Bien y del Mal en la llanura de Megido (Armagedón en griego), en Israel. No es extraño que la reelección del expresidente aparezca como una suerte de parusía, de retorno de Jesús y de final de los tiempos que se trataría de acelerar.
¿Delirios marginales? Para convencer a Jacques Chirac a unirse a la guerra contra Irak, George Busch lo contactó por teléfono. Al ver que no lo convencía recurrió al argumento de que se trataba de una batalla decisiva contra los pueblos de Gog y Magog. Poco versado en escrituras santas, Chirac no se dejó convencer. Con otro dirigente de la época, un tipo bajito con bigote y, él sí, frenético meapilas, no tuvo que insistir mucho. Para terminar mencionemos de nuevo a Peter Thiel quien ha sostenido que la vuelta de Trump es la manifestación de un apocalipsis; aunque Thiel lo toma en su sentido de “revelación”: su vuelta habrá de revelarnos numerosos secretos del “antiguo régimen”. Así sea.
Coda. Si alguien duda de que estos delirios medievales existan en la galaxia anarco-capitalista puede ver el vídeo adjunto de un tal @Esoviz que Elon Musk colgó en su cuenta de X tras la victoria de Trump acompañado del lema “Dark MAGA Assemble!” (“Dark MAGA uníos!”). Es sabido que a la sigla MAGA Musk ha aportado el adjetivo Dark: “No solo soy MAGA, soy Dark MAGA”, o también “Soy Dark gothic MAGA”, convocando a la vez el “dark enlightenment” de Land y Moldbug, alias de Curtis Yarvin, fundador de Tlon, una empresa que tiene como objetivo la creación de un nuevo internet, en la estela de la dark web. En las imágenes, además de su majestad el presidente entreverada de animales feroces o de eclipses solares, vemos al héroe del catch trumpista Hulk Hogan berreando “ This is Donald Trump’s house, brother! “, o a Elon Musk liberando energía como un Dragon ball Z cualquiera. Al ritmo frenético de un éxito de los años 80 del grupo sueco Europe (« The Final Countdown») vemos desfilar personajes de los juegos mangas, aviones supersónicos, escenas de guerra, metralletas XXL y asaltos repetidos de guerreros medievales. Buena parte del imaginario del colectivo nacionalista blanco norteamericano está impregnado de un “arqueofuturismo” que combina una fe absoluta en las tecnologías del futuro con la promoción de los valores del pasado en el que la raza blanca se presenta como la defensora del destino de Occidente frente a los invasores y los elementos nefastos de la modernidad (liberalización de las costumbres, cosmopolitismo, libertades y derechos colectivos, etc.). Una verdadera sopa galáctica.
Fuentes y referencias
Ajari, Norman, « Dark Gothic MAGA : Elon Musk, la néoréaction et l’esthétique du cyberfascisme » https://lundi.am/Dark-Gothic-MAGA-Elon-Musk-la-neoreaction-et-l-esthetique-du-cyberfascisme
Davidson, James Dale, Rees-Mogg, William, The Sovereign Individual: How to survive and thrive during the collapse of the welfare state, Simon & Schuster, 1997 [El Individuo Soberano: Una guía para dominar la transición hacia la era de la información, Bubok Publishing, 2022]
De Benoist, Alain, « Qu’est-ce que la métapolitique ? » (2024) https://www.revue-elements.com/quest-ce-que-la-metapolitique/
Friedman, David, The Machinery of Freedom: Guide to a Radical Capitalism, 2012 [La maquinaria de la libertad, Innisfree, 2012]
Land, Nick, The Dark Enlightenment, Imperium Press, 2022 [La Ilustración oscura, Materia oscura, 2022]
Larousse, Virginie, « Donald Trump, l’Apocalypse et le roi David : une lecture théologique du président américain », Le Monde, 24/01/2025
Schnapp, Joël, Chroniques de l’Antichrist. Crises et apocalypses au XXIe siècle, Piranha (2023).
Schnapp, Joël, « Trump, Élu de Dieu : vers le Millenium, l’Âge d’or, l’Apocalypse ? » (2025) https://www.lemediatv.fr/articles/2025/trump-elu-de-dieu-vers-le-millenium-lage-dor-lapocalypse-_-NM6V-lSKu-UIe0PM45Yg
Slobodian, Quinn, Crack-up capitalism – Market radicals and the dream of a world without democracy, Metropolitan Books, 2023 [El capitalismo de la fragmentación. El radicalismo de mercado y el sueño de un mundo sin democracia, Paidós, 2023] Thiel, Peter, « The Education of a Libertarian », 2009, https://www.cato-unbound.org/2009/04/13/peter-thiel/education-libertarian/
Un video donde se explica lo mismo que en este estupendo artículo:
https://www.youtube.com/watch?v=0Q9g7o9g6UE