Ya no tengo un recuerdo que me acoja

Dulce María Loynaz Muñoz

A papá

Ya no tengo un recuerdo que me acoja
ni un sueño que me alumbre… Sola y muda,
sin quietud ideal ni lucha ruda
voy en la tarde gris o el alba roja…

Ya nada me entusiasma o me acongoja,
ya nada me combate ni me ayuda…
ya… sólo soy la tierra cruda
para todos los vientos, mustia hoja…

Ni un recuerdo, ni un sueño… nada, nada…
que es la vida una senda siempre errada
donde el Hombre, cansado peregrino,

impulsado por yo no sé qué empeño
deja cada recuerdo y cada sueño
en las ásperas zarzas del camino…


Dulce María Loynaz Muñoz (La Habana, 1902-1997) 

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