Soneto del acanto

Gloria Fuertes

    Derecha, bien erguida flor de acanto
    sobre la tapia breve de la alberca,
    todo un campo de agua se te acerca
    mientras entre sus ondas mueves llanto.

    Mientras entre tus hojas cierras llanto
    y humedeces tu entraña y pones terca
    voluntad de crecer sobre la cerca,
    con tanto alzarte y con negarte tanto.

    Del agua y de su quieta superficie
    te vas con prisa y con desdén de rosa,
    hasta que el agua sube y toma un tallo

    de acanto vertical en la planicie
    de su luz, y lo abraza y lo desposa
    y besa y mece y cubre de su mano.


    María Victoria Atencia (Málaga, 1931)

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