Autorretrato

Serafín Álvarez Quintero (1871-1938) y Joaquín Álvarez Quintero (1873-1944)

Fuimos entre espigas y olivares:
el uno esperó al otro en la lactancia,
y en el primer pinito de la infancia
ya escribimos comedias y cantares.

Después, libros, y novias y billares
(¡memorias que ilumina la distancia!)
luego… una juventud cuya fragancia
envenenan agobios y pesares.

Fuimos, cuanto hay que ser: covachuelistas,
estudiantes, «diablillos», editores,
críticos, «pintamonos», retratistas…

Y hoy, como ayer, sencillos escritores
que siguen, a la luz de sus conquistas,
sembrando sueños por que nazcan flores.


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