La Carpeta en Acción

Preguntas a La Carpeta I, con Guillermo Busutil

¿Qué pretendía La Carpeta en el entorno sociopolítico de inicios de los 80 en una ciudad como Granada?

Nosotros aparecimos en un momento en el que la poesía experimental en  España, que tuvo su apogeo en los 60 con el grupo N.O de Ignacio Gómez de Liaño y el grupo Zaj de Juan Hidalgo, José Miguel Ullán y Felipe Boso entre otros, le estaba dando el relevo a nuevas propuestas de Texto Poético en Valencia, de Rafael de Cózar y Pablo del Barco en Sevilla, a Juan de Loxa en Granada, a Agustín Parejo School en Málaga, quiénes aparecen a la vez que nosotros en Granada. En nuestro caso, más que la palabra impresa, la acción urbana y la vinculación con la política como campo de experimentación, era una de las vías que más nos interesaba. Desde el momento de conformarnos como grupo, Rafa, Antonio Ramón y yo, coincidíamos en la actitud política de izquierdas, independientes de las dos tendencias representadas por el PSOE y por el PC, sin ninguna adscripción concreta. Nos interesaban movimientos como la paz y el desarme, los Verdes, y sobre todo la actitud de compromiso del artista con la política y su vinculación activa como posicionamiento y lenguaje artístico. Este acuerdo, junto con nuestro espíritu innovador desde la poesía experimentación, nos llevó a tomar parte activa en manifestaciones en contra del golpe militar de Pinochet en Chile, de la entrada en la OTAN o de la visita a España de Ronald Reagan. Temas significativos para los que desarrollamos acciones concretas como la de introducir el arte en las manifestaciones, mediante la elaboración de bocadillos de cómic con consignas claras pero resueltas desde la experimentación absoluta como la de Ni-tratos Chille, y Grita!, y la edición postal de Chile. En la Semana por la Paz y el desame llevamos a cabo la Cantata-T, el aula magna de la Facultad de Ciencias con la colaboración del cantaor Miguel Burgos El Cele y del músico Manuel M. Mateo, la edición gráfica  de animación pública del poema de papiroflexia Vuela la palabra, y la pintada urbana de una paloma verde y blanca, junto con una escultura texto de Antonio Ramón. Y también estuvimos en la Manifestación Anti-Otan con la performance con la palabra Paz, dibujando yo la letra A en la cabecera de la manifestación y a lo largo del recorrido. Una performance que 41 años después, el pasado 23 de noviembre, Antonio Ramón retomó con un recorrido de relevos de personas PAZ en la manifestación, y para la que yo escribí el poema acción Pasa La Paz, Mueve la Paz.

En esa misma línea Antonio Ramón y Rafa participaron con el poema-acción E.E.U.Uf! en contra de la visita de Reagan a España y en la defensa del patrimonio de Granada y de la ecología, con la acción No -DesGranada-No.

¿Qué aportaba cada uno de vosotros al grupo?

Además de la pasión compartida, la entrega al trabajo y el entusiasmo del debate y la búsqueda de la innovación desde la precariedad económica para obtener los materiales que necesitamos, y casi siempre sujetos a la actualidad, cada uno sumaba desde la permanente ebullición de ideas y de Antonio Ramón, y su transversalidad con la plástica y el diseño, la tendencia de Rafa al letrismo y a la permanente vinculación con lo andaluz en sus vertientes populares: el flamenco, las azoteas de barrio, el andalucismo de izquierdas y la ruptura de todo lo discursivo, como hizo en el pregón que dio en las fiestas de su barrio de El Zaidín, y su apasionamiento con cualquier idea y borrador de la misma, hasta mi interés por la experimentación con la palabra, el fraseo, la musicalidad en la poesía y en lo narrativo, al igual que mi transversalidad con el diseño postal, la acción escénica y el objeto intervenido, una creatividad compartida con Antonio Ramón. Mis inicios como periodista cultural también contribuyeron a darle algo de presencia en los medios, porque la mayoría no sabía catalogarnos y aunque nos observaban con curiosidad no tuvimos un sólido respaldo por su parte, ni tampoco un incomprensible análisis desde la intelectualidad de aquellos años. Los tres formando un equipo muy bien avenido y que nos enriquecíamos.

Cuéntanos sobre el II Encuentro, con los marcos, la colaboración de los poetas, las reacciones del público

Aquel Encuentro supuso una revolución. No se había hecho nada anteriormente en el sentido de unir la acción urbana, el recital público la reivindicación política de la libertad, el vínculo con el flaneurismo y la poesía experimental como encuadre fotográfico y de diálogo con la ciudad. Con los marcos  no sólo enmarcamos a los poetas participantes como Rafael Alberti, Rafael Pérez Estrada, Ana Rossetti, Juana Castro, Juan de Loxa, Rafael Montesinos, Fanny Rubio, Álvaro Salvador, Luis García Montero, Marcos Ricardo Barbatán y muchos otros, también enmarcamos operarios de la limpieza, camareros, transeúntes, totalmente participativos, escaparates, instantes de ciudad, como si se tratase de un pasacalles que culminó con el recital que hicimos en el escenario de plaza Bibarrambla, donde desarrollamos el poema acción Poesía con el que cada letra se convertía en uno de los elementos de las corridas de toros, y el poema papiroflexia, iba manipulando el papel según las instrucciones de los versos, Barquito de papel para Marinero en Tierra que le regalé a un atento Rafael Alberti, espectador de aquel recital que compartimos con Carlos Edmundo de Ory, otro excelente poeta incatalogable en aquellos años.

La Carpeta sacaba la poesía a la calle, ¿Olvidos incluía la calle en la poesía?

La confluencia entre la Poesía de la Otra Sentimentalidad y nosotros fue curiosa, sus poemas introducían la vida, lo cotidiano, lo político y la calle en sus estupendos poemas, y La Carpeta sacamos la poesía, la vida, lo político a la calle como escenario, como soporte, y propiciando la participación de lo colectivo. Ellos eran la teoría y nosotros la acción. Y esa diferencia, esa rebeldía y atrevimiento nuestro, junto con nuestra independencia, les generaba recelo, sobre todo a su alrededor más teórico, a pesar del interés que les despertaba. También había otros como Muñoz Molina o el crítico de arte del Ideal de Granada, Gómez Segade, a los que le parecíamos más modernos, “polivalentes y con un lenguaje al servicio de las ideas”. Lo cierto es que tanto para las instituciones políticas como para el entorno de Olvidos no éramos cómodos, y resultábamos más un verso suelto. ¿Demasiado modernos? ¿Incómodamente independientes? ¿Nos mal interpretaron como competidores? Lo cierto es que despertamos más interés fuera que dentro, más aplauso y seguimiento en la gente de la cultura de a pie que entre la cultura oficial de aquel momento. Y como dije antes no tuvimos un respaldo teórico ni institucional más fuerte.

Las exposiciones también fueron otro espacio de expresión de vuestras creaciones.

Así es, desde el principio tuvimos claro que los espacios cerrados serían nuestra galería de muestra de cada propuesta. Lo hicimos con el salón de los Caballeros de La Madraza donde nos presentó Antonio Sánchez Trigueros después de tener que cortar una telaraña de hilo rojo para poder acceder. Y en La Tertulia en la que proyectamos una imagen en varios planos con cartulinas y metacrilato en diferentes posiciones y distancias que fragmentaban las imágenes de los objetos contenidos en La Carpeta número Cero, generando nuevas texturas, desconstrucciones y poéticas. Igualmente hicimos en sus paredes la exposición Tablarte, con esculturas que salían de la pared, la experimentación Kray que Antonio Ramón seguiría desarrollando. Y por mi parte un ajedrez ingrávido e invisible, un pentagrama urbano con objetos y la señal de tráfico de Prohibido. Más tarde las señales de tráfico fueron los elementos visuales, los personajes y tramas de un  relato noir interactivo con nueve señales de tráfico en caja que formó parte de la exposición que nos dedicó la Diputación en los Condes de Gabia. Por su parte Antonio Ramón participó en otras exposiciones en la galería Espacio Abierto o en la Universidad de verano de Baeza con Hietálica, y en la que los dos hicimos un poema acción manipulando algunas de las piezas.

Arte postal experimental, literatura, crítica de arte y también periodismo fueron también tus campos de trabajo.

Si, el arte postal experimental me interesaba mucho y llevé a cabo varios para el Festival Internacional de Teatro de Granada como Arteatró, homenaje a Antonin Artaud, Espacio escénico o Cuaderno de teatro, o la que vinculaba el cuadro Albayzin de Manuel Ángeles Ortiz con la torre Eiffel como A de la palabra Poesía en la exposición del Club Larra en solidaridad con la sede del PCE que había sufrido un incendio. Antes, en el 81 había ganado el Premio de relatos Ciudad de Motril con El D-escritor que contenía páginas de diccionario como parte del texto narrativo, y en el 84 el libro de relatos Los laberintos invisibles, con un abecedario inventado como lenguaje sobre la piel de los amantes y un estupendo diseño de cubierta de Antonio Ramón. Esa fascinación por la estética me llevó en el 88, cuando dirigí el suplemento de cultura, Cuadernos de Málaga de La Gaceta de Málaga, a diseñar las diferentes cabeceras de las secciones, algo que unos años después haría el periódico El Mundo, y a hacer portadas con obras de artistas y fotógrafos de la ciudad con una estética experimental. Antonio Ramón también fue responsable de algunas. En mi trayectoria profesional la radio me brindó igualmente la inclusión de estas nuevas narrativas, y en mi programa Convidados de Onda Cero Andalucía hacía una apertura Así suena ahora Andalucía con sonidos de río, de fuentes, de tráfico, de pájaros, de voces de pasajeros en autobuses urbanos, de chicharras.

Ahora he vuelto a las nuevas posibilidades del lenguaje, y en el Recital de Poesía y Tal de noviembre leí en homenaje a Rafa Villegas un nuevo poema experimental que combinaba el lenguaje informático, las redes y la búsqueda de la memoria del amigo. Uno nunca se quita de la experimentación, es una manera de mirar, de explorar con el lenguaje y de relacionarlo con otros ámbitos. Lo hice también en mi libro Vidas Prometidas en el que los relatos estaban separados por anuncios de publicidad. En aquella época me iniciaba también como periodista cultural y crítico de cine y de arte en Los Cuadernos de Granada, el suplemento del Diario, una actividad en la que todavía continuo.

Una de las últimas cosas que hicisteis como Carpeta, y en la que tú estuviste como gestor fue Triaca 89. I Muestra de arte contemporáneo del Mediterráneo. ¿Qué fue aquello?

Triaca fue un proyecto rompedor, como escribió el crítico Juan Carlos Martínez Manzano en su ensayo Transeúntes en la hora punta. Nueva figuración malagueña de los 80.  Aquel evento, con el que ocupamos el gran espacio de los antiguos hangares de Renfe de Málaga, supuso la aglutinación de la plástica malagueña de la generación del 50 con las de las generaciones de los 80 y 90. Una especie de mapa cultural con el que englobamos el arte, las galerías de la ciudad, las revistas culturales nacionales como Arena y El Europeo, la danza, el teatro, la crítica de arte, la video creación, la música de cine y la música experimental, la performance y las instalaciones. Manuel Palacios, Carmelo Bernaola, Silvia Polakov, Robert Harding, Frank Rebajes, Madeleine Elberg, Manuel Quejido, Alfonso Albacete, Pedro G. Romero, Rogelio López Cuenca, Eva Lootz, Cristóbal Gabarrón, Paco Aguilar, Jorge Dragón, Antonio Ramón con dos instalaciones, además de con el diseño de la imagen y del catálogo, y también nosotros, La Carpeta,  junto con Rafael Díaz y el taller de música experimental de la Universidad, y otros nombres del panorama de esos años. Una muestra de vanguardia patrocinada por la Universidad, la Junta, la Diputación y empresas privadas, que generó importantes debates acerca del presente y las expectativas de la cultura y del arte sirvió de brújula para las Jornadas de Arte Contemporáneo que llegaron después de la mano de otros gestores culturales. Fue mi primera experiencia como gestor.

¿Qué debería integrar una exposición integral de La carpeta en el marco de la UGR?

Una exposición integral debería recoger la amplitud de trabajos de aquellos años, que se extendieron hasta 1993 con publicaciones como Equilicúa, la participación en el III Encuentro de Poetas de Córdoba, con la escenificación de La Carpeta n º 8, en el I Encuentro de Jóvenes Poetas de Almería de 1986 en el que realizamos la acción urbana Ola de H20 entre otras propuestas, la exposición que nos dedicó la Diputación en el recién inaugurado Palacio de los Condes de Gabia. Lo último que hemos desarrollado para el homenaje que nos ha hecho La Madraza, y por seguro las nuevas propuestas que Antonio y yo preparásemos para ese evento.

Comparte

Deja un comentario