Me siento responsable del rocío
Por mi culpa la piedra está callada.
Comparto la velocidad del río.
Tengo la obligación de la alborada.
Me importa demasiado el mundo. Ansío
su condición de lágrima y espada.
Nada sucede en su transcurso, nada
que no pase primero por el mío.
Sepan que por el viento me suicido,
que me atribuyo el mar y que concedo
a un tribunal de lluvia mi latido.
Asumo el día y cumplo sus deberes.
Vivo la ira de los hombres, puedo
amar con el amor de las mujeres.
María Elena Walsh (Villa Sarmiento, 1930-Buenos Aires, 2011)