Una siguiriya de Javier

Alfonso Salazar

En 1975 se publicó Jondos 6, un libro donde participaron varios autores, por iniciativa del Secretariado de Extensión de la Universidad de Granada. La publicación surgió en el contexto de una Granada recién salida de la dictadura, donde el «jondismo» propuesto por Juan de Loxa desde Poesía 70 pretendía reivindicar un arte secuestrado y desdibujado por años de represión popular. Loxa pretendía recuperar el lenguaje expresivo del pueblo andaluz, y Jondos 6, fue una muestra más del empuje del poeta lojeño, apoyado, como en este caso, por José Heredia Maya, Miguel Burgos Única, José G Ladrón de Guevara, Rafael Guillén y un joven poeta que firmaba como Francisco Javier Egea.

Los poemas que Javier Egea aporta a la edición de Jondos 6 (se ha publicado una interesante reedición en 2022 gracias a La Madraza, Centro de Cultura Contemporánea de la UGR) son poemas sin estructura estrófica flamenca (a diferencia de las aportaciones de la mayoría del resto de coautores: también se desmarcó Juan de Loxa), que siguen el momento poético de Egea, que estriba entre «serena Luz del viento» y «A boca de parir». al fin y al cabo, con algunas modificaciones los cuatro poemas seleccionados, formaron parte de este último libro publicado por el propio Secretariado de Extensión Universitaria de la Universidad de Granada, 1976 en la colección Zumaya. Serían los últimos poemas firmados por «Francisco Javier». A partir de entonces irrumpiría el poeta Javier Egea.

Sin embargo la relación de Javier Egea con el flamenco fue más profunda. Estructuras contiguas al flamenco aparecen en «Raro de luna», si bien, el respeto por la formas tradicionales más clásicas de la poesía española, excluyó con claridad la vinculación de la estructura formal con los palos.

Pero escribir letras flamencas, las escribía, como se prueba en las menciones que se hace en el segundo tomo de sus obras completas. En este tomo editado por Bartleby en 2012 con edición de José Luis Alcántara y Juan Antonio Hernández García se reproduce y menciona una colección de letrillas, sin firma ni fecha (si bien atribuida su escritura a los años ochenta) donde el manuscrito que a continuación se reproduce se recoge en la página 388 del tomo mencionado.

Gracias a la cesión de Carmen Cruz Rodríguez, propietaria del original, olvidos.es puede reproducir copia de esta siguiriya, que también transcribimos y que comparamos con la reproducidas en el tomo segundo editado por Bartleby.


SIGUIRIYAS

Soguitas que tengo
pa cubrir tu cuerpo
las mismas sogas que tú me amarrabas
por fuera y por dentro.

Por tos los caminos
andaba la guardia
que se me venían los gritos al pecho
solito y sin agua.

Dónde está la guardia
que no vaya yo
porque me quieren poner un cerrojo
en mi corazón.

Letrillas flamencas. Página 388, de POESÍA COMPLETA (VOLUMEN II)
OBRA DISPERSA E INÉDITA. Edición de José Luis Alcántara y Juan Antonio Hernández García.

Por tós los caminos
andaba la guardia
que se me venían los gritos del pecho
solito y sin agua.


Toques de silencio
pa callarnos tós
pero no se callan ni mi pensamiento
ni mi corazón.


Undivel del cielo
que mal me lo jizo
que por el techo de mi pobre casa
se cuela el granizo.


Que mal pago tuvo
la vida conmigo
con esta caena que me amarra el pecho
me muero y no grito.


Hasta las cenizas
los aborrecían
que nos apagaban farol y candela
la luz y la vida.


Dónde está la guardia
que no vaya yo
porque me quieren poner un cerrojo
en mi corazón.


Por las vereítas
del campo olivar
los suspiros míos detrás del campo
miradlos pasar.


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