Difícil es salir del agujero,
de un túnel sin estrellas ni bombillas
Difícil es llegar a las orillas
de tanta sangre y tanto estercolero.
Difícil es hallar norte y sendero
por tierras calcinadas y amarillas.
Difícil es, sin agua y sin semillas,
de amor o pan hacerse cosechero.
Difícil es andar, subir la vida
con un muerto cogido de la mano
que tiene nuestro rostro y nuestra herida
Difícil es cantar, luchar es vano,
sabiendo que la voz y la partida
se han de perder más tarde o más temprano.
Ángela Figuera Aymerich (Bilbao, 1902 – Madrid, 1984)