El almanaque republicano

Trinidad Ayuso Guerrero y Carmen Morente Muñoz

El almanaque republicano hoy

Desde hace una década la Asociación “Plataforma Cívica por la República” (Granada) edita su Almanaque Republicano y, sin haber conocido previamente la experiencia de las editoriales obreras mencionadas, y con todas las diferencias históricas pertinentes, ha recorrido un camino similar no sólo por la intención de sus contenidos sino también por su particular modelo de distribución. Los almanaques republicanos son parte del trabajo complejo y sufrido de recuperación de la memoria democrática; ante los inconmensurables vacíos que nuestra conciencia histórica colectiva arrastra como expresión de la particular Transición Política entre el franquismo y la democracia representativa, nos recuerdan cada día a través de las efemérides acontecimientos, personajes y paisajes simbólicos vinculados directa o indirectamente al referente republicano que entendemos como un referente de libertad, democracia, justicia y progreso, con el objetivo de que siembren en la persona que las lea el deseo de seguir indagando. Sus páginas libres, quince en total, comenzaron abordando temas granadinos, desvelando a los lectores una Granada desconocida, escondida, que se plasmaron, además, en paseos por la ciudad que abrieron la perspectiva de una ciudad nueva de la que iban surgiendo “fantasmas” o “marimantas”, que dijera Federico García Lorca en su poema, que habían vivido durante décadas detrás del espejo. La distribución de los primeros almanaques republicanos se fue ampliando, llegando a muchos lugares de la geografía española, lo que planteó la ampliación de contenidos para superar su carácter localista, manteniendo siempre algunas páginas para la historia granadina. De todos ellos guardamos un grato recuerdo; señalaremos algunos títulos: “Movimiento Obrero y República” (2017), “Albayzín 1936. La resistencia heroica de un barrio” (2018), “Mujeres y República” (2019), “Farándula y República” (2020); “Por una sanidad universal, pública, gratuita, científica y de calidad” (2021), “Ejército y República” (2022), “La Constitución de 1931” (2023); o el de 2024, “El mundo y sus revoluciones”.  Los receptores del almanaque republicano han dejado su impronta en las efemérides y también en las temáticas tratadas. Ha sido un diálogo fructífero de ida y vuelta.

La metodología que se adoptó desde el primer momento fue la de buscar la participación de todos los miembros de la Asociación, consensuando las temáticas en cada ocasión, repartiendo la redacción de los contenidos de las páginas libres, y escuchando con atención y respeto las críticas y aportaciones de las personas que los reciben. En los últimos años, dado el auge de las nuevas tecnologías y el arrinconamiento progresivo del “papel”, la Asociación optó por mantener la edición material del Almanaque Republicano que exige un fuerte trabajo de distribución y unos gastos de envío considerables que son pagados por los receptores. Pensamos que esta decisión fue un acierto pues nos permite tejer una red muy definida de hombres, mujeres y colectivos republicanos con los que vamos construyendo lazos de cooperación y fraternal amistad, y que se sienten copartícipes de la experiencia puesto que las sugerencias que nos hacen llegar (principalmente efemérides), son consideradas y puestas en valor, adquiriendo los almanaques un capital colectivo no tangible.

Con relación a la distribución del Almanaque Republicano las dificultades se han podido solventar gracias a la existencia de “paqueteros” que, como fue el caso de las editoriales anarquistas de nuestros antepasados, reciben una cantidad determinada de ejemplares y se encargan de distribuirlos sin coste alguno. Gracias a estos “paqueteros” los almanaques han llegado a casi todas las provincias españolas y a algunos países de Hispanoamérica, cuando personas vinculadas al exilio republicano vienen a España; y podría extenderse a otros muchos lugares, pero en este caso los gastos de envío y las posibilidades de pérdidas son tan elevados que se hace inviable.

En algunas ocasiones los contenidos del Almanaque Republicano expresan fuertes vínculos familiares y afectivos al presentarse entre sus contenidos la biografía de personajes que fueron abuelos o abuelas de miembros de la Asociación “Plataforma Cívica” por la República, o han sido biografiados por profesores y profesoras de la Universidad de Granada, como son los casos de los médicos Alejandro Otero, Marcelino Pascua, Claudio Hernández López o la matrona Rosario Negro Camacho (abuela del doctor José Luis García Puche).

El Almanaque Republicano se caracteriza por su voluntad de rigor en los contenidos que presenta y por respetar los derechos de autoría. Siendo un instrumento de instrucción modesto, se ha ido enriqueciendo con la colaboración de expertos historiadores, médicos, profesores de universidad y de enseñanzas medias, historiadores de las ciencias, escritores o expertos en derecho laboral, etc., que participan de modo altruista; lo cual plantea una responsabilidad añadida para la Asociación que debe mantener la calidad del resto de contenidos que van firmados por la propia Plataforma. Garantizar la calidad y el rigor de los contenidos, así como garantizar el respeto a los colaboradores expertos ha sido posible gracias a la decisión de su edición en papel y su peculiar modelo de distribución. El Almanaque Republicano no será nunca un archivo que circule por las redes sociales, permisivo a cualquier tipo de manipulación o amputación.

La memoria democrática de la II República, cuya proclamación el 14 de abril de 1931 se convirtió en un júbilo de pueblo movilizado, implica difundir sus grandes logros y sus audaces políticas públicas, las conquistas que se tradujeron en mayores derechos para mujeres, trabajadores y campesinos; la supresión de los privilegios de la Iglesia y de la aristocracia de la tierra, que se enmarcaron en la imprescindible democratización a todos los niveles para conseguir los objetivos de transformación y modernización de un país anclado en el atraso y la servidumbre. En este proceso destacaron hombres y mujeres de la intelectualidad que asumieron un loable compromiso en las funciones públicas, desplazando a las élites anteriores compuestas principalmente por propietarios y abogados. Es por eso que, médicos, profesores de universidad, maestros y maestras, científicos destacados, representantes del mundo de las artes, filósofos, etc., aparecen en las páginas del Almanaque Republicano, pero al mismo tiempo que, y de la mano de, hombres y mujeres del pueblo que fueron los verdaderos protagonistas del cambio, sus combativas centrales sindicales, sus organizaciones políticas revolucionarias, la prensa obrera y feminista, etc. El abanico de posibilidades del Almanaque Republicano es casi infinita, pues puede abordar múltiples temas, desde los más generales hasta los transversales, los distintos periodos que se sucedieron durante la experiencia republicana; los prolegómenos, el ámbito internacional en que se produjo, las instituciones, las lealtades y los golpismos; indagar en la Guerra de España, en sus consecuencias, en la salvaje y frenética represión ejercida contra el pueblo, en el exilio como experiencia colectiva; en las “luces” de la II República y su legado en el imaginario colectivo de muchas generaciones en todo el mundo; la solidaridad internacionalista; de sus poetas, pintores, cantantes y cantaores, arquitectos, ingenieros, banderilleros y toreros, modistillas, telefonistas, maestras, enfermeras y matronas… Un abanico infinito.

Se han podido construir las biografías de personajes que hoy son invisibles. Este es el caso de Wenceslao Guerrero Carmona quien ocupó una página del Almanaque Republicano 2014:

“Nació en Granada en 1883, trabajador ferroviario. En 1911 era un conocido líder de la UGT y directivo de la Agrupación Centro de la Casa del Pueblo de Granada. En 1912 participó en las huelgas ferroviarias. En 1918 acudió al XI Congreso del PSOE en el que, por primera vez, asistieron delegados granadinos en representación de 1346 afiliados y de 1226 socios de la Casa del Pueblo. En 1913 sería elegido presidente de la Junta Administrativa de la Casa del Pueblo. Creado el Instituto Nacional de Previsión formará parte de su plantilla y en 1924 será nombrado inspector. Miembro de la logia masónica “Alhambra”. Siempre estuvo respaldado por su compañera, María, y sus hijos, un niño y cinco chicas, a los que educó de igual manera. En las elecciones municipales de abril de 1931 se presentó por el distrito Albayzín, obteniendo el mayor número de votos en su colegio electoral. Elegido concejal de Ayuntamiento democrático, durante el bienio negro sufrió la represión de la derecha y padeció dos atentados graves. Sería detenido el 7 de octubre de 1934 con motivo de la huelga revolucionaria, el periódico Ideal daba cuenta ese mismo día de su detención. Tras la victoria electoral del Frente Popular en febrero de 1936 recupera su acta de concejal en el Ayuntamiento. El triunfo del golpe militar del 18 de julio en Granada le sorprende fuera de la ciudad. Todos le insisten en que no debe volver a Granada. Al no encontrarlo, los golpistas detienen a su hijo Vicente que será fusilado en las tapias del cementerio municipal. Sus mujeres, víctimas y sobrevivientes al horror, huyen de Granada donde eran perseguidas, viviendo en Almería hasta el final de la guerra. Wenceslao es detenido y, después de un juicio ficticio, será encarcelado como preso peligroso en el Penal de El Dueso (Cantabria), donde murió en 1941. Quedaron seis mujeres luchadoras, con la casa y los bienes confiscados para dar testimonio del sueño de libertad que fue la República, de la crueldad del franquismo con los derrotados, para que las generaciones futuras no olvidaran el valor y la talla moral de este dirigente obrero”.

Otro ejemplo de esa recuperación es el de Ángel Jacinto Muñoz Álvarez nombrado en el Almanaque Republicano 2021 que estuvo dedicado a la sanidad. Aparece en una fotografía, junto a otros 12 hombres de Puebla de Don Fadrique; se trata del comité local de la UGT en dicho pueblo en 1929. Además del que llegaría a ser alcalde democrático, Calixto Rioja Arias (fusilado en 1936), en la fotografía encontramos al médico del pueblo (Bonifacio Sánchez), al boticario (Antonio García Egea) y al practicante, Ángel Jacinto Muñoz Álvarez; por esto dicha página se tituló “Sanitarios por la República. Puebla Don Fadrique”.  Encabezaron en 1932 las “huelgas contra el hambre”. Muy activos durante la revolución de 1934 que en Puebla de Don Fadrique se saldó con un muerto, heridos, fugados y decenas de detenidos. Ángel Jacinto, experto comadrón, había nacido en 1888. Obtuvo el título de Practicante por la Universidad de Granada, en la primera promoción de 1929. Sería encarcelado en 1939, y tras pasar por las prisiones de la Puebla y Huéscar, la condena a muerte le sería conmutada por el destierro en el municipio de Loja, desde donde viajaba a Granada para seguir formándose como especialista en cirugía. Moriría en 1950.

En el futuro nos gustaría seguir incluyendo a más personas ejemplares, que siempre defendieron el bien común y que no aparecerán en otros almanaques porque tuvieron la valentía de enfrentarse a la oligarquía que durante siglos explotó a las gentes de España. Y como dice el dicho que, “de biennacidos es el ser agradecidos”, nuestro reconocimiento a Javier Pérez Cuadros, quien es el responsable de la maqueta y los gráficos del Almanaque Republicano desde el primer momento; sin su trabajo altruista el Almanaque Republicano hubiera sido imposible.

Comparte

Deja un comentario