Desde hace un tiempo, Mariano nos viene convocando todas las navidades para hacernos regalos mutuos, ya sea en el Café Botánico o en la Picola Italia, algún día de estas fiestas. Es una práctica extendida. Como en todos los «amigos invisibles» nunca sabemos quién regala a quién. Pero hace dos años nos confabulamos para que Mariano fuese el único receptor de un regalo: olvidos.es, esta revista.
Cuando se alcanzan los sesenta y pico, pensamos, se adquiere una edad muy proclive para convertirse en decano, senador o miembro del Consejo de Estado. Creímos conveniente que nuestro Maestro no debía caer en semejantes cargos, y no disfrutaría jubilación más plácida que la de contar con una tribuna desde la que reflexionar sobre el mundo presente y futuro con una mirada cítrica y crítica, sin matrimonio ni deudas. 25 años después de la primera edición de Olvidos de Granada, Mariano se ha entregado a poner en pie una revista digital donde lo más importante es decir las cosas que hemos visto más allá de 140 caracteres.
Nuestro editor, Mariano, a día de hoy está volviendo a recordar. No sabemos cuánto ha olvidado, cuánto olvidos hay, ni cuánto recuperará. Siempre nos dijo que la historia sólo es verdad cuando la cuenta un niño. Desde su atalaya de re-aprendizaje, donde las vocales cobran sentido y donde nos damos cuenta para qué sirven los ábacos y los sudokus, mantenemos el encargo de seguir haciendo olvidos.es. Y como se acercan las fechas de navidad, y nos volvemos amigos invisibles, seguimos jugando al juego. Y éste es nuestro regalo. El primer número de la revista que publicásteis en el año 1984: Olvidos de Granada.
